Cantidad de tarta que me he comido (gráfico autoreferente)

miércoles, 22 de septiembre de 2010

ACTUALIZO

Por aclamación popular (1 lector constante, como diría Stephen King), retomo mi blog, para que sigáis sabiendo de mis andanzas.


En mi anterior entrada decía que (creía que) había encontrado un sistema para vencer el riggeo de las salas. La verdad es que ni yo mismo me lo creía en el fondo. El caso es que funcionó durante unos meses. Hasta que dejó de funcionar de la noche a la mañana. Pero nada de que funcionase a ratos y a ratos no, sino que fue un todo o nada (lo cual sigue siendo sospechoso). Pero qué os voy a contar. Encima, como juego en microlímites, no tuve tiempo de amasar una gran fortuna.


Después llegó la repentina (e inadvertida) subida de rake de PS. Esto me hizo hacer una pequeña recopilación de mi histórico de manos, para ver cómo llevaba el tema del rake. Resulta que en unos dos años y medio de manos en mi base de datos (desgraciadamente, perdí las de los dos años anteriores), unas 350.000 manos, en niveles entre NL2 y NL25 (en diversas salas), tenía una ganancia acumulada ínfima (prácticamente cero), pero un rake pagado de unos 4.500 $. Eso quiere decir que había ganado a mis oponentes lo justito para pagar a la sala. Y van los de PS y deciden subirlo aún más. Ahí llegué a la determinación de no seguir jugando hasta tener la posibilidad de rakeback. Pero en ningún sitio daban rakeback si no hacías al menos unos 300 $ de rake. Y eso sólo es posible a partir de NL50 o más (a no ser que sólo te dediques a ello). Así que necesitaba ahorrar un bankroll razonable para esos niveles y meterme en ellos. Lamentablemente, con la paga de verano ya convertida en historia, me veía esperando hasta Navidad, pero, ¿qué se le iba a hacer? Sin embargo, hace unas semanas recibí con sorpresa y alborozo la noticia de que Los Pelayos iban a secundar e, incluso, mejorar la iniciativa de Boss de reducir los límites de rake generado para tener derecho a rakeback. Así que, desde hace unos días, estoy jugando otra vez mis micros en Lospelayospoker, con la esperanza de volver al lado positivo de los ganadores.


En cuanto al juego en vivo, no lo tengo abandonado, pero casi. Una vez cada mes o dos meses, me animo a conducir casi una hora para llegar a uno de los dos Casinos más próximos a mi humilde morada, Aranjuez o Torrelodones (mayormente Aranjuez, porque hay más oferta para bolsillos exiguos), para jugar un torneíllo. Y, últimamente, con muy poco éxito. Mi mayor triunfo fue terminar 9º (¡Mesa Final!) de unos 150 inscritos en uno de los torneos organizados por Party en Torrelodones (denominados Party Poker Nights, si no recuerdo mal). Me llevé algo de pasta y una inscripción para otro torneo online. Salí retratado en la galería: www.casinogranmadrid.es/htm/poker_2010/torneo_poker_2010_03_19_party_poker_galeria.asp.




Esta es la foto en cuestión, en la que aparezco acompañado por mi recientemente adquirido cubrecartas, el buenazo de Darth Vader.

Curiosamente, de los pocos torneos que he jugado en Torrelodones, en un alto porcentaje de ellos he terminado en buena posición y he jugado de manera cómoda, mientras que mis resultados en Aranjuez han sido mediocres, tirando a malos, y siempre me he sentido al borde de la eliminación. ¿Será el nivel, la estructura, el azar? La pena es que en Torrelodones hay pocos torneos baratos.

En fin, seguiremos informando.

sábado, 13 de febrero de 2010

POR FIN

Tengo buenas y malas noticias para los defensores de la teoría de la conspiración acerca de que las salas están rigged.

Las buenas son que, tras un montón de meses centrado únicamente en estudiar el tema, acumulando más de un millón de manos y empleando programas auxiliares avanzados de análisis probabilístico (de algo ha servido el dinero que invirtieron mis padres para darme una educación), he demostrado, aunque no de manera inapelable, ni muchísimo menos, pero a mí me vale, que es cierto que las salas analizan de manera automática el juego de cada jugador y le otorgan boards favorables cuando se le detecta una racha perdedora peligrosa (peligrosa en el sentido de que si pierde demasiado, puede abandonar la sala). Efectivamente, eso produce, como efecto secundario, que un jugador ganador o, al menos, no perdedor, sufra cierta acumulación antinatural de bad beats. Y aquí se produce otro efecto, en este caso terciario, que es que la sala detecta esto y concede una racha ganadora limitada a este jugador, para tratar de equilibrar un poco las cosas. Esto explica notablemente que hay días en que pierdes de manera continuada casi todas las manos que juegas y hay otros en que ganas casi todas.

Las malas son que no pienso dar más detalles de mis resultados porque les estoy sacando u provecho personal fuera de lo común. Como ya mencioné, el sistema es automático, y un poco simple. Así que durante mi estudio he logrado detectar, de manera cada vez más fina, los parámetros que hacen decidir al sistema actuar en un sentido o en otro. Ahora, mientras juego, analizando los ultimos resultados y estadísticas de mis oponentes, sé cuándo el sistema va a actuar en mi contra y cuándo a mi favor. De esta manera estoy logrando optimizar mi selección de mesas y mis criterios de retirada. Estoy probando en varias salas diferentes y en todas el resultado es similar. Obviamente, estoy empleando nicks nuevos. Y estoy obteniendo unos winrates que no creía posibles.

Perdonad si os parezco egoísta, pero yo siempre he creído que cuando un pro comparte sus secretos o da consejos de estategia en público, no es sincero, ya que jamás va a querer que el promedio de los fishes que circulan por ahí, suba de nivel gracias a él (sería tirar piedras sobre su propio tejado), así que no voy a insultar a vuestra inteligencia contándoos milongas acerca de cómo jugar para vencer el riggeo de las salas.

En cualquier cosa, dado que sólo me leen uno o ninguno, no se va a ofender mucha peña.

Saludos.

miércoles, 22 de julio de 2009

CURVAS REVELADORAS

Con esta bonita imagen de Las Vegas de fondo, os quiero enseñar estas curvitas sacadas con el Poker Tracker de mis últimas casi 50.000 manos jugadas en Boss Media (concretamente, a través de la skin de Los Pelayos) en NL10.
La curva verde es el dinero que gano y la azul es el que debería haber ganado si cada vez que he ido all-in hubiera obtenido la ganancia o pérdida correspondiente a mi equity en cada ocasión.
Es normal que haya altibajos, pero, según las matemáticas, deberían tender a converger en un plazo suficientemente largo. 50.000 manos no es poco y no se percibe ningún esbozo de que quieran converger. Y tengo manos (no tantas) en NL25 que muestran una tendencia similar (aunque en ellas pierdo).
Tengo muy claro el interés que tienen las poker sites de "controlar" la aleatoriedad para asegurarse de que en los niveles medios - bajos, donde estamos los borregos, no haya demasiados grandes perdedores y así evitar perder jugadores, lo que se traduce en manos y rake. De esta manera, aquéllos de nosotros que no seamos grandes perdedores (y, especialmente, si tampoco somos grandes ganadores) tenderemos a estar perjudicados. Hasta ahora ha sido muy difícil de demostrar. Pero el desarollo que están experimentando los programas de tracking hace que dispongamos de herramientas estadísticas cada vez mejores. Estas curvas son sólo el comienzo y aún no demuestran mucho, pero algo se cuece, sin duda.
Por eso, aviso a navegantes. No os extrañéis si en alguna revisión de los programas tipo tracker, de repente, desaparecen este tipo de curvas o sufren alguna misteriosa modificación. No van a tardar los grandes sites en meterle mano a estos programas para que no se les vea el plumero con sus impertinentes estadísticas.

martes, 3 de febrero de 2009

FINAL DE UNA ETAPA (BYE, BYE, POKERSTARS)

Llevo medio año largo con una depresión poquerística de narices. Y todo por culpa de PokerStars. No quiero entrar en el manido tema de si PokerStars está trucado (estoy convencido de que sí, y mucho, por razones que ya expresé en posts anteriores), pero resulta muy frustrante que, cuanto más aprendo y menos burradas cometo, menos gane, llegando al final a perder casi todo lo que había ido ganando. Y no hablo de unas cuantas sesiones, sino de una racha de más de 100.000 manos. Y tanto en cash como en torneos. Así que no es de extrañar que haya decidido abandonar esa sala maldita y probar nuevos horizontes.

Empecé en PokerStars, tras unas breves experiencias en Pacific y Party, principalmente porque es la que tiene el mejor y más versátil software y por su enorme y variada oferta de niveles y torneos. Era consciente de que se supone que el nivel de los jugadores es algo mayor que en otras salas, pero consideré eso como un reto, y mis rápidas ganancias iniciales me ayudaron a decidirme. Ahora veo claro que esa es parte de la estrategia de la casa para conseguir que los noveles no nos vayamos corriendo con el rabo entre las piernas a las primeras de cambio.

Más recientemente, en una de mis periódicas visitas sociales a Gonzalo García-Pelayo, éste me recomendó que probara en su sala, lospelayospoker.com (perteneciente a Boss Media), en donde podría encontrar un nivel de jugadores inferior, una interesante política de rakeback al 30% para cualquier cantidad (ahora lo han límitado a un mínimo de 100 euros de rake al mes para optar, pero creo que a partir de NL25 debe ser fácil llegar a ese mínimo) y una amplia oferta de tutorías, correcciones de manos y eventos especiales para miembros. En un principio, me mostré un poco reticente, por la pereza de dejar PokerStars, pero, allá por el verano pasado, tras una racha especialmente frustrante en mi sala de siempre, decidí probar.

Me leí las recomendaciones de la página de Los Pelayos y opté por hacerles caso y jugar shorthanded shortstacked, siguiendo su sistema sugerido y enviando manos a corrección. Metí 20 euros y me regalaron otros 20, como parte de una promoción, por lo que comencé a probar en 4 mesas de NL10. Tras una breve racha positiva, comencé a caer en picado. En las correcciones, aparentemente lo estaba haciendo todo bien, pero sólo perdía. Además, no me gustaba el sistema porque me limita enormemente la posibilidad de farolear y engañar a los oponentes. Lo dejé decepcionado cuando me quedaban 9 euros y regresé a PokerStars.

Tras unos horribles resultados en octubre, me decidí a abandonar PokerStars definitivamente y regresé a Los Pelayos a finales de noviembre (tras unas semanas de reflexión contemplativa) y comencé a jugar con mis 9 euros en una mesa de NL10, siguiendo mi propio estilo, en mesa llena y con el stack máximo (bueno, todo lo que tenía), a ver qué pasaba. Además, comencé a jugar un poco más loose de lo habitual, jugando manos que habitualmente no jugaría (si me iba bien, siempre tendría tiempo de afinar en análisis posteriores). Puedo decir que me fue de maravilla, ganando casi 200 euros en unas cuantas decenas de miles de manos (alrededor de 7 BB/100). Después de unas 15.000 manos, y viendo que no me iba mal, decidí hacer un análisis y afinar mis rangos de manos, mi agresividad y mis estrategias. Ahora estoy jugando en cinco mesas y con mucho cuidado.

Además de esto, un día decidí probar un torneíllo en esta sala. La oferta no es muy grande y prefería huir de satélites y de turborarezas, pero encontré para empezar uno de 5 euros que me venía bien. Éramos 126 jugadores y sólo cobraban 10 (nunca me han gustado los torneos que reparten premios a menos del 10% de jugadores, pero aquí es lo que hay). Sin embargo, a lo tonto, a lo tonto, terminé 5º, llevándome más de 50 euros (la burbuja fue especialmente dura, ya que cuando quedábamos 11, yo era el que menos fichas tenía con una gran diferencia con el siguiente; pero, una vez más, hice gala de una gran resistencia y paciencia, logrando entrar en premios). Unos días más tarde, probé un nuevo torneo, esta vez de 15 euros, con unos 240 participantes y premios para 20. Y, una vez más, logré entrar en premios, un poquito más holgado que la anterior vez, terminando 14º y llevándome unos 40 euros. La verdad es que es un gran comienzo. Además, me noto cómodo con la estructura y la dinámica de estos torneos, de tal modo que, a pesar de haber menos puestos premiados, mi estilo de juego me permite acercarme a ellos de un modo más fácil y cómodo.

Sin embargo, no quiero cantar victoria aún. Así de bien comencé hace unos años en PokerStars y luego me empantané hasta terminar cayendo en picado.
También me gusta la posibilidad de corregir manos (aunque de momento no lo haré), de asistir a tutorías y eventos (aún no lo he hecho, pero estaré al loro) y las promociones especiales. Ahora están organizando un viaje a Las Vegas para miembros que costaría unos 800 euros por barba, más los gastos particulares de 10 días, más 1.500 de fondo común para jugar (que sería devuelto, a lo mejor con ganancias, al final del viaje). Teniendo en cuenta que podría alojarme en casa de mi cuñada, sólo tendría que pagarme el vuelo y el fondo, pero sigue siendo demasiada pasta para un responsable cabeza de familia con tres hijos y un perro, ¡y en plena crisis!

En paralelo, estoy tratando de quemar los euritos que tenía ingresados en otras cuentas y que no estaba usando, jugando de vez en cuando NL25 al estilo loose aggressive con el que comencé en Los Pelayos. Así he terminado de quemar lo poquito que me quedaba en PokerStars. Ahora estoy quemando 40 dólares que tenía en Pacific (y ya tengo 54). Y si se me acaban, aún tengo 70 dólares en Railpoker, que me llevé en un freeroll promocional de Año Nuevo en el que no me fue mal del todo.

viernes, 19 de septiembre de 2008

FRACTALIDAD EN LAS "RACHAS"

No soy un experto en estadística, ni pretendo serlo. Sin embargo, entiendo de manera muy intuitiva que en todo fenómeno con una cierta componente aleatoria, como es este maravilloso juego que comparto con todos los que me leéis (sí, sí, todos vosotros, los tres), puede haber un cierto grado de agrupación de resultados, ya sean positivos o negativos. Le podemos llamar rachas de suerte, pero es algo con un firme fundamento matemático.

Centrémonos ahora en una sesión particular. Si en esta sesión jugamos un suficiente número de manos, observaremos que nuestro resultado irá fluctuando en general hacia arriba y hacia abajo, en función de la suerte que tengamos con las cartas. Por tanto, el resultado de una sesión estándar podría ser algo parecido a una sinusoide un tanto irregular.

Pongámonos ahora en el caso de un mes jugando al póquer. Este mes estará compuesto de diversas sesiones con sus curvas sinusoidales, dando como resultado en el mes una nueva curva sinusoidal más amplia. Digamos que habrá habido ciertas sesiones que, dentro de su sinusoide, habrán dado un resultado netamente positivo y, por el contrario, habrá habido otras sesiones con un resultado negativo, dando lugar a esta nueva sinusoide mensual. Una sinusoide de sesión que haya tenido un resultado negativo, puede perfectamente pertenecer a un tramo de caída de la sinusoide mensual. Espero que me hayáis seguido hasta aquí.

Ahora, nos alejamos más de la gráfica que estamos dibujando y nos vamos, por ejemplo, al resultado de un año entero. La curva de este año tendrá también un aspecto sinusoidal y estará formada por varias sinusoides más pequeñas, que son las mensuales, las cuales, a su vez, están formadas por muchas sinusoides minúsculas, que son las sesiones. Como veis, esto no son más que una serie de fractales (supe de ellos por primera vez, como muchos, leyendo "Parque Jurásico"). Así, una sinusoide mensual que haya dado un resultado neto negativo, puede formar parte de un tramo descendente de la sinusoide anual. Pero, según muchos autores, podemos estar tranquilos porque, si somos buenos en esto (o, al menos, si jugamos en general contra gente peor que nosotros), tarde o temprano llegará el tramo ascendente y nos situaremos en el lugar en que debemos estar.

Pero yo tengo una teoría. Creo que los fractales no se detienen aquí. Hay más niveles. Y puede ser que un año malo no sea más que un pequeño fragmento de un tramo descendente de una curva mucho mayor. Esta sería una curva que cubriría toda tu vida jugando a esto. Y, dependiendo de si esta curva "vital" se encuentra en un tramo ascendente o descendente de la curva del siguiente nivel, así serán tus resultados esperados en el póquer en toda tu carrera. Creo que personas como Negreanou, Hansen, Vaswani o Luske tienen la suerte de estar en un tramo ascendente de la curva, llamémosle, "superior". Otras personas, de las que nunca conoceremos sus nombres, pero que aparecen a veces en algún documental sobre ludopatía o similares con un rectángulo negro ocultándoles los ojos, se encuentran, para su desgracia, en un tramo descendente. Yo, para bien o para mal, creo estar en un tramo más o menos plano, y tengo la esperanza de que sea un valle (si no, no seguiría jugando, je, je).

Claro que los que no estamos en un tramo ascendente siempre podemos esperar a que lleguemos a él, pero, ¿y si ese tramo no llega hasta dentro de 50 años, para qué quiero la pasta entonces que ya habré terminado de pagar mi hipoteca?

domingo, 10 de agosto de 2008

SOBRE LAS POSIBLES "TRAMPAS" DE LAS SALAS

Esta es una teoría que siempre he tenido y que cada vez que recibo una dosis sospechosamente alta de bad-beats increíbles, vuelvo a pensar en ella (y, ojo, que hablo de bad-beats reales y no resultados de mal juego, que muchos fishes confunden con bad-beats).

Sólo hay que analizar qué es lo que le interesa a la sala en cuestión: la pasta. Y, ¿cómo la consigue?: a base de rakes. Y, ¿cómo puede aumentar los rakes?: asegurándose muchos jugadores. Pero, teóricamente, en un escenario normal, de todos los jugadores que hay, la inmensa mayoría son perdedores y alimentan las bancas de la minoría restante. Y de esa inmensa mayoría, sólo unos pocos se pueden permitir el lujo de seguir jugando y perdiendo. Todos los demás terminan arruinándose o abandonando el juego. Y eso es un grave problema para la sala. El único modo que tiene de evitar que esto ocurra es asegurándose que los grandes perdedores ganen de vez en cuando y no abandonen. Y creo que esto no es demasiado difícil. Tan sólo tienen que ser capaces de identificar a los grandes perdedores (lo cual es sencillo con programas estadísticos) y hacerles un seguimiento, que puede estar automatizado, de tal modo que, de vez en cuando, les aparezca en el turn o en el river esa carta que necesitan y que hace bueno el lamentable par de cartas con el que han hecho call a esas subidas que hacemos los demás.

Algo para pensar. Existen los medios. No es fácilmente detectable. Beneficia a la sala. Se puede hacer. ¿Por qué no lo iban a hacer? Qué diablos, yo lo haría.

viernes, 20 de junio de 2008

POQUER-RED 200$ AÑADIDOS - EMULANDO A PHIL HELLMUTH

Tras un prolongado paréntesis semiautístico (en el que, naturalmente, no he dejado de jugar, pero, con poco tiempo libre, tampoco he jugado mucho), retomo mi blog, por si alguien tiene a bien leerme de vez en cuando (y para ver si le saco algún provecho económico al banner que me acabo de poner, aunque, según recientes confesiones de Santi Torres, cuyo blog es infinitamente más popular que el mío, el beneficio que se puede llegar a sacar con este sistema es poco más que simbólico).

El caso es que el miércoles me ha sucedido algo que me ha parecido curioso y me ha alegrado el día. Paso a relatarlo.

Me confieso fiel seguidor de Poquer-red y un día vi anunciado un torneo para foreros en PokerStars. El torneo iba a celebrarse el miércoles 18 a las 22:00, con 10$+1$ de inscripción y 200$ añadidos. La verdad es que prometía ser interesante: un cierto overlay, pocos jugadores esperados, todos hispanoparlantes, varios seguramente conocidos y una estructura bastante agradable, sobre todo después de las turbo-orgías a las que nos está acostumbrando PokerStars con sus Giveaways y sus "Enséñame a Jugar".

Esta semana, como casi todas, me pasé más de la mitad de la misma en viaje de trabajo en Huelva, pero ello no iba a impedirme jugar el torneo en mi hotel (tengo módem de empresa :P).

Al fin, llegó el miércoles y, después de mi turbo-ración de las 19:35 con el heredero del "Enséñame a Jugar", el "Telecinco 2 Barcelona EPT", me lié a ver el intrascendental pero finalmente emocionante partido con Grecia. Acabó el encuentro a eso de las 22:35 y me puse a hacer zapping. Ante la habitualmente escasa oferta televisiva, decidí echar unas manos de cash. Cuál no fue mi sorpresa al abrirse automáticamente una mesa de torneo en la que me encontraba sentado. ¡Se me había olvidado! Tras unos momentos jurando en arameo, decidí ver si aún se podía salvar algún mueble. Faltaban como cinco minutos para el primer descanso, por lo que estábamos en el cuarto nivel con 100 puntos de ciega grande. Me quedaban como 900 puntos de los 1.500 iniciales. Y quedábamos en pie 38 de los 52 jugadores iniciales. Tras el descanso, empecé a remontar poco a poco y, sin llegar a estar nunca claramente por encima de la media, terminé mi participación a eso de la 1:15 en un más que sorprendente tercer puesto, llevándome 108$ como 108 soles.

En la mesa final no pude evitar comentarlo con mis compañeros oponentes y el maestro Raynor, que por allí estaba también, me comentó que a él le había sucedido lo mismo. ¡Bien por ambos! Inmediatamente nos comparé con Hellmuth, que a menudo llega tarde a los torneos y se da sus paseos de gloria durante los primeros niveles, poniéndose a jugar con el torneo ya avanzado. Y suele hacer un gran papel.

De todo esto, obviamente, no quiero, ni muchísimo menos, extraer la peregrina conclusión de que los primeros niveles no sirven para nada y lo que decide un torneo es lo que sucede después. Es cierto que por mucho que te llenes de fichas durante los primeros niveles, unas pocas malas manos en niveles avanzados te pueden dejar seco y, por el contrario, por muy mal que hayas salido de los primeros niveles, unas pocas manos geniales más adelante te pueden situar en cabeza. Sin embargo, los primeros niveles te sirven para aclimatarte, para conocer a los contrincantes y para ponerles a prueba metiendo acción arriesgando relativamente pocas fichas. Además, no me gusta infravalorar los stacks pequeños. Estoy convencido de que hasta la última ficha puede ser muy importante en un torneo, por lo que cualquier mínima apuesta ganada o perdida en las primeras fases de un torneo puede tener su importancia más adelante.

Es por todo esto que no me gusta perderme ni una sola mano de un torneo y me frustra mucho que ocurra, ya sea por despiste mío, por distracciones externas o por fallos técnicos.